Por: Redacción Dimensión Cooperativa

Por estos días es evidente el bombardeo de información (claramente malintencionado) por parte de los medios al servicio de la élite económica que se han querido adueñar de la opinión pública haciendo una afrenta a la conciencia social.

Hoy, estamos viviendo, tal vez, uno de los tiempos más importantes para hablar y cuestionar sobre la responsabilidad social e informativa de los medios privados que defienden los intereses de grandes conglomerados económicos en Colombia. Mucho se decía el año pasado que el entonces presidente electo, Gustavo Petro, tendría la gran tarea de impulsar los cambios sociales, económicos, políticos, entre otros, que tanto necesita el país. Pero, detrás de ese anhelo están los intereses de los mismos quienes no están dispuestos a perder parte de sus comodidades que les ha dejado el poder por varios años.

Considero importante que frente a este panorama sepamos reconocer que este bombardeo mediático hace parte de una estrategia desestabilizadora que pretende debilitar al Gobierno Nacional. Los denominados “golpes blandos” al parecer se han empezado a efectuar desde informaciones tergiversadas por estos medios capitalistas y persecuciones por parte del Fiscal General y la Procuradora General, quienes son cómplices de un sector político que aborrece el Cambio que propende el Gobierno, además que ponen las instituciones (Fiscalía y Procuraduría) en contra de este nuevo proyecto político.

Es decir, este sector político que tanto daño le ha hecho a la sociedad colombiana por muchos años se está oponiendo de manera rotunda a un plan de gobierno que en 10 meses ha logrado bajar el desempleo (propendiendo por los derechos laborales), reducir la inflación, bajar el costo de los alimentos y garantizar el acceso a ellos, bajar considerablemente el precio del dólar gracias a la estabilidad económica en los mercados generando confianza en los inversionistas y fortaleciendo la economía nacional; de igual forma ha contribuido al aumento del Producto Interno Bruto (PIB) en un 3% en el primer trimestre (según cifras del DANE), a la reducción del precio del SOAT a motocicletas, entregado miles de hectáreas de tierras a campesinos, impulsado el turismo, promovido el desarrollo rural, aumentado el presupuesto en salud y educación, implementado la renta básica para los colombianos más necesitados, establecido lazos de integración con países latinoamericanos, liderado la lucha contra la crisis climática global, combatido el narcotráfico y las economías ilícitas, desarticulado estructuras dedicadas al procesamiento de drogas.

Todos estos logros del Gobierno Nacional quieren ser opacados por el sector de la oposición, utilizando con vehemencia los medios corporativos afines a su política extremista.

Diversos sectores se tomaron las calles de Neiva apoyando
y respaldando los avances del Gobierno Nacional.

No podemos olvidar que nuestro país ha avanzado y sigue con paso firme la senda del cambio. Todos estos ataques mediáticos al progreso del pueblo colombiano se debe a un comportamiento que ya anteriormente se ha estudiado y que el periodista estadounidense Maxwell McCombs lo define como la ‘Teoría del establecimiento de la agenda’ o ‘Agenda Setting’. Esta teoría responde a cómo grandes medios de comunicación dan importancia a la información, determinando su cubrimiento, orden, prioridad, impacto y hasta uso de eufemismos en la redacción de las noticias, todo esto con el fin de moldear la conciencia de la audiencia. Súmele a esto el bombardeo de información, saturación en las redes y réplicas de otros medios, lo que hace que la “noticia” tenga una gran propagación y llegue a calar en el imaginario de las personas. Esto de alguna manera, es una afrenta para los colombianos, quienes son conscientes del proyecto político que votaron y que reconocen el lenguaje y la intención de los medios corporativos. Ellos tienen la convicción de atacar de frente al Gobierno del Cambio, dejando a un lado la ética periodística, importándoles poco o nada la labor de informar. ¿Algún día les importó? Finalmente, la ciudadanía debe hoy más que nunca arropar las políticas sociales del Gobierno que buscan el bien común, que de ninguna manera medios tradicionales vulneren el derecho que tenemos todos de estar bien informados.